Estoy de vacaciones, y esto además de implicar que duermo mejor y el pelo me brilla más, quiere decir que veo algo más la televisión. Bien, dicho esto formularé una simple pregunta:
¿Pero qué cojones les pasa a los de Mediaset?
Para todo aquel que no sepa de que hablo, Mediaset es la empresa italiana responsable del canal Telecinco en España y toda su prole: FDF, Divinity, Energy, LaSiete…; además de ser el canal que engulló a Cuatro.
Podría escribir muchas líneas sobre el concepto tan distorsionado de televisión o espectáculo de calidad del que goza esta empresa, pero voy a centrarme en lo ha llamado mi atención.
A pesar de detestar prácticamente toda su programación reconozco que en ocasiones sí que sintonizo Divinity para ver algún capitulo de Anatomía de Grey. Y así es como he descubierto las “joyas” que esconde esta cadena: este canal basa el 50% de sus horas de emisión en los realities o programas de telerrealidad entre los cuales encontramos maravillas como:
“Me cambio de Familia”: nunca lo he visto, pero según sus promociones consiste en intercambiar madres de familias totalmente distintas esperando que con un poco de suerte terminen degollándose entre ellos.
“¿Quien quiere casarse con mi hijo?”: madre de adefesio busca deshacerse de su hijo (este tampoco lo he visto nunca)
“Dulces increíbles”: este si lo he visto y no me parece un mal programa, es simplemente curioso, muestra el trabajo de una pastelería que se dedica a hacer tartas de proporciones descomunales y formas inimaginables. Como he dicho, no es un mal programa el problema es donde está colocado en la parrilla de programación, justo antes del siguiente reality: “Novias a dieta” en efecto un maravilloso programa sobre novias que no entran en sus vestidos.
En Divinity les gusta el rollo boda y además de el programa de embutir chicas en vestidos de 8.000 dólares tienen otro de novias que buscan el vestido de sus sueños acompañadas de amigas criticonas y madres aun más criticonas, este programa lo tienen en versión Atlanta o en versión Beverly Hills y aunque el precio del trapito cambia la base del programa es la misma: novias llorando.
Por último y aunque seguro que hay más, voy a mencionar “Tu estilo a juicio” un programa en el que un jurado cabrón es grabado mientras critica el estilo y la belleza de un afortunado adefesio al que más tarde se le enseñara el video para que vea cuanto de horrible la gente piensa que es, pero no todo es putear a la gente, más tarde se dejan la pasta en cambiar su aspecto y lo vuelven a juzgar. Una maravilla vamos.
Dejo de lado programas como “Sálvame” o “Hombre y mujeres y viceversa”, programas que en mi opinión no merecen ni un segundo más de mi tiempo.
