Todo ha empezado a raíz de un
anuncio que vi el otro día en la tele, en televisión española concretamente. Me
dejo intranquila así que decidí acudir al todo poderoso Google. Y lejos de
calmarme, Google no ha hecho más que alarmarme más. Claro que, no sé qué
pretendía buscando en un sitio en el que introduzcas la combinación de síntomas
que introduzcas, las dos primeras entradas te dirán que casi con toda
probabilidad tienes un cáncer terminal y la tercera que “averigües de qué tipo
realizando este sencillo test” que a una tal Melany le funcionó y gracias a eso
aún sigue viva.
Google es esa amiga que cuando le cuentas tus problemas siempre
te responde “tú no te rayes tía” ya le hayas contado que crees que te han
puesto los cuernos o que has asesinado a machetazos a un turco y tienes el cadáver
desangrándose en la bañera. Solo que Google siempre contesta “tú no te rayes
tía, total es cáncer, te vas a morir”.
El caso es que formulé mi
pregunta a Google y justo debajo de “Quizás quiso decir cáncer” apareció la respuesta
a mi pregunta: 1984. Y no, no había
escrito “famosa novela de George Orwell” la pregunta era:
¿Por qué año van en Cuéntame como
pasó?
Si, yo a Google le hago las preguntas
como a cualquier persona, no entiendo esa gente que se empeña en hablar a Google como si fuera un Sioux haciendo cálculo mental: cuéntame+serie+año. ¿Para
qué? Tu pónselo bien, que te va a entender igual, que Google no es tonto. Es
como estar delante de Stephen Hawking y hablarle con si fuera Tarzán de los
monos.
El caso es que si, cuéntame ha
alcanzado en su última temporada el año 1984, cágate lorito.
Naturalmente se me
heló la sangre, se me quedaron todos los hematíes parados como un atasco en
hora punta. La bromita está de la serie de cuando nuestros padres eran niños,
de aquellos tiempos LEJANOS, empezó en el año 1968 y claro como al principio
molaba ver como de putas las pasaban tu padres en aquella época pues les hemos
ido dejando, y con la tontería se nos ha ido de las manos. SE NOS HA IDO DE LAS
MANOS.
Al principio todo eran risas,
porque a tus padres les molaba que les recordarán las collejas que se llevaban
en la cena, los juegos en la calle o la llegada a casa de la primera tele. Y a
ti, pues te gustaba porque era como ver un documental con comentarios del director y de
personas de la época. Porque no se ha documentado aún un solo padre que pueda
ver esa serie callado. Es sencillamente imposible, no pueden, es superior a
ellos, tienen que soltarla: tienen que decirte la suerte que tienes de haber
nacido cuando has nacido, que si mira con que se conformaban ellos, que él se
acuerda de cuando su tío los llevo a él y a sus 56 primos y a un señor de bigote en el R5 a Cuenca por aquellas carreteras de
entonces que no tienen nada de qué ver con las de ahora, que ahora da gusto
viajar….. y…y ya te has perdido media trama del capítulo tienes al padre en la cárcel,
a la madre metida a puta y al niño pequeño traficando con cocaína en el solar
de debajo de casa y no sabes ni en qué año estás ya. Porque si algo tienen las
familias de las series españolas, es que tienen vidas mucho más intensas que cualquier familia española. En España introducir personajes nuevos
en las series para que las tramas puedan avanzar y reciclarse, no se estila.
Pues eso, que al principio nos
hacía gracia esa ventana a otro tiempo y lo dejamos avanzar, luego ya nos entró
curiosidad por ver cuando coño iba a cascar la abuela. Ese fue nuestro gran
error, no contábamos con qué esa señora iba a resultar ser inmortal.
Esa abuela
los va a sobrevivir a todos, nos va a sobrevivir a todos. Y sin cambiarse de
peinado.
Y claro, como la abuela, ajena a la esperanza de vida de su época y a
las leyes de la naturaleza sigue aguantando pues ahí seguimos, con los
guionistas retorciendo la trama y exprimiendo a los personajes principales
hasta límites insospechados. Con los fácil que sería matar a la abuela coño, si
os está pidiendo tierra desde 1976. Con lo fácil que sería ese episodio final
con funeral y ya cada uno a su casa y aquí no ha pasado nada. Pero no.
Y así estamos, pero vamos a ver, que
están a tres años de que nazca mi hermana! MI HERMANA!! Y yo me agobio, porque
si aguantan hasta 1987 quien no te dice que aguantan cuatro añitos más, y
claro, nazco yo. Y en el momento en el que cuéntame cómo paso transcurre en tu
año de nacimiento… ay amigo… ahí ya eres oficialmente viejo. Y yo por ahí no
paso.
Aquí voy a ser sincera con
vosotros, yo el interés por esa serie lo perdí mucho antes de que muriera Franco.
Ya no sé cuantos años tiene Carlitos, sólo sé que al parecer ya es adulto y
ahora me muero de curiosidad por saber cómo van a explicar que la voz de ese
chico no se parece en absoluto a la del narrador y llámame mala pero me genera
más interés ver como salen de ahí los guionistas que la propia trama de la
serie. No, no la veo, hace mucho que no la veo, pero eso no quiere decir que no
pueda inquietarme que se aproximen lenta pero inexorablemente hacia mi año de
nacimiento amenazando mi juventud con cada nueva emisión.
Vamos a parar esto ya por favor,
porque esto ya no va a ser cuéntame cómo paso, va a empezar a ser Está
pasando. Nos van a alcanzar, van a llegar al 2016, con la puta abuela viva ya veréis,
y no estamos preparados. No sabemos qué va a pasar. ¿Y si se rompe el continuo
espacio-tiempo? ¿Eh? ¿A que nadie ha pensado en eso?
Y ya no es sólo que alcancen en año
actual, ¿y si no les basta con eso? ¿Eh? ¿Y
si deciden continuar, y empiezan a narrar el futuro, a inventarse lo que va a
suceder? y claro, a ver quién es el guapo que le lleva la contraria a televisión
española. Nos veríamos obligados a recrear la historia que los guionistas de
la serie van inventándose. Los mismos guionistas que no han sido capaces aún de
cargarse a la puñetera vieja y poner fin a toda esta agonía, ¿y que pasaría entonces, eh? ¿Queréis saber que pasaría entonces? Pues que conociendo la ficción que se
hace en España un día los guionistas se cansarán y dejarán de escribir un
futuro para que recreemos y una mañana te levantarás y toda tu vida no habrá
sido más que un puñetero sueño de Resines. Y yo por ahí, por ahí no paso.
Ale, me voy a tomar otro
Bromazepam.