No voy a malgastar ni una letra en explicar porque he estado meses sin escribir, porque sinceramente es algo que no me apetece leer ni a mi. Sin embargo si que voy a emplear unas lineas en explicar el titulo de la entrada, cosa que no hago nunca. Esta entrada lleva por titulo una despedida por varias razones: en primer lugar porque para poder decir hola de nuevo tiene que haber un adiós previo, que no hubo antes de esta sequía de meses, y que por tanto os debía; así que aquí esta. En segundo lugar, es una manera de decir adiós a un año y todo su contenido, especialmente sus últimos meses, porque sinceramente de Enero ya, pues oye, ni me acuerdo (y tu tampoco).
Se acaba el año y quiero daros un consejo. No voy a hablaros de lo corta que es la vida o de lo rápido que pasa el tiempo, de las miles de experiencias que están ahí fuera esperándoos o del amor (no por favor, no hablemos del amor). Es decir, no voy a dar ese discurso estándar que vale tanto para cuando un año acaba como para un diagnostico de cáncer de páncreas.
Mi consejo es simple y caduco, sólo es aplicable una vez a la año, el 31 de Diciembre. Así que ahí va: se que es fácil, lo se. Se que es gratis y que parece algo muy ingenioso, pero creedme: NO LO ES. Por favor acabemos de una vez por todas con la bromita de: "hasta el año que viene...jeje" y todas sus variantes, a saber: "nos vemos el año que viene" "lo haré el año que viene".... y un sin fin más de tonterías sin un mínimo de gracia.
No digo que la primera vez que se dijo (haya por el cretácico) no tuviera gracia, y no le quito mérito a la primera persona que lo dijo (Un dinosaurio o la duquesa de Alba...) pero por favor, esta "coña" está ya muy sobada, ya no tiene gracia. Dejad de contaminar con humor de segunda (tercera, cuarta, quinta....) mano.
Entre todos podemos terminar con este sin sentido, no caigas en la broma fácil y no se la rías a nadie. Por que al igual que no se debe llorar sin motivo, tampoco se debe reír sin uno (para el lector menos avispado esta es la parte profunda del consejo)
Esperabas un consejo profundo y emotivo que te sacara una lagrimilla y te hiciera replantearte el comienzo de año?
Te has equivocado de persona. Hola y bienvenidos de nuevo a mi cabeza.
Abróchense los cinturones.