Defectos sin nombre

¿Quién no conoce a alguien o simplemente ha visto a alguien por la calle que tiene la mandíbula echada hacia delante?

Todos, y quien no lo haya hecho es seguramente es porque vive en un cueva alejado de la civilización.

Esta particularidad, y al decir particularidad no estoy más que usando un eufemismo, porque el calificativo más apropiado seguramente sería "putada". Pero usemos el eufemismo, seamos politicamente correctos.

Bien, esta particularidad por lo general hace que las caras de los propietarios de las mandibulas no sean excesivamente bellas e incluso en ocasiones modifica su forma de hablar de forma extraña. Me estoy refieriendo a esas personas cuya mandibula venia echada hacia delante de serie y no aquellas cuya posición ha ido variando producto de vivir más de 60 años.

Sabemos que alguien con la cabeza grande es un cabezón. Sabemos que alguien con las orejas grandes es un orejón y que alguien cuyas pupilas miran hacia un mismo punto central es vizco. Incluso sabemos que una persona que tiene juntas las rodillas y separadas las piernas es un patizambo. Pero, una persona cuya mandibula esta echada hacia delante, ¿Como se llama?

He oido a gente llamarlo ser "mefo" pero por lo general no tiene nombre registrado y la mayoría de la gente acaba gesticulando con su propia mandibula para mencionar el defecto.

El defecto tiene nombre clinico "Prognatismo" es decir, la medicina ha cumplido su parte, le ha dado un nombre bonito y cientifico que lo hace parecer importante e interesante. Aqui la que ha fallado es la sociedad porque aunque existe un nombre para el problema, no existe un nombre para la persona que lo padece, es decir, no se existe el ser "Prognatico" o "Prognatisico".

Me parece fatal.

Me parece fatal que exista un vacio tan grande en nuestro vocabulario. ¿Como puede ser que una lengua tan rica en insultos como la nuestra haya dado la espalda a tan comun defecto?

La sociedad ha ingeniado miles de nombres para nombrar un pene o una vulva y ni uno sólo para esta gente. No tenemos corazón.

Y con esto no quiero decir que yo arda en deseos de señalar con el dedo e insultar a la gente que tiene prognatismo, pero me gusta llamar a las cosas por su nombre. Y para eso, tienen que tenerlo.