No, no he atropellado a 15 ciclistas (aún) como tantas veces he amenazado con hacer, pero es que los ciclistas y yo....; bueno, ese es otro tema.
Resulta que salgo en un foto porque he participado en una competición, salgo de casualidad, no salgo porque sea una campeona ni porque sea especialmente fotogénica, nos encontramos ante uno de los casos más claros de "pasabaporahi" de la historia de la prensa escrita de nuestro país.
El caso es que aquel hombre, cámara en mano, me dijo que posara para la foto y yo amablemente lo hice y no solo eso, si no que le facilite mi nombre y primer apellido sin pedirle ninguna explicación.
Bien, para el que sea nuevo por estos lares o simplemente desconozca quien soy yo, yo me llamo Marta Reoyo. Soy consciente de que no es un apellido tan común como García, pero tampoco me parece excesivamente Rococó. Aún asi yo siempre me molesto en aclarar que se escribe con Y griega y en vocalizarlo lo mejor posible. En esta ocasión no fue diferente y tras aclarar como se escribía y comprobar como aquel hombre lo escribía en su libreta perfectamente me fui de allí, segura de que fuera donde fuese, para bien o para mal, mi nombre y primer apellido aparecerían perfectamente escritos.
Pero hoy me encuentro con que en el pie de foto aparece esto: Marta Rollo. Yo con mis propios ojos pude ver que el fotógrafo escribió bien mi nombre lo cual quiere decir que mi verdadera identidad se perdió en algún punto entre la libreta de aquel fotógrafo y el ordenador de quien quiera que escriba los pies de foto. Llegados a este punto solo puedo añadir que quizas un pie de foto sea demasiada responsabilidad para el becario de turno. "Zapatero a tus zapatos, becario a tus cafés"
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