domingo, 1 de marzo de 2015

Fragmento (cosas que molan flojito)

Hay cosas en las películas que molan flojito. Quiero decir, hay cosas de las películas que molan muchísimo y que hacen de ellas el espectáculo que son, porque vamos a ver si tuviéramos ese nivel de emoción en nuestro día a día pues no íbamos a llamar a Cofidis y pedir un crédito para poder verlo en el cine. Pero no me refiero a esas cosas que molan tanto, yo me refiero a las que molan, pero más flojito.

Por ejemplo: tu cuando, por lo que sea, no vamos ahora a ponernos a juzgar la vida de la gente, pues te ves envuelto en un tiroteo, que a quien no le ha pasado, que todos hemos dicho eso de “hoy salimos de tranquis”. Pues en la vida real estar en un tiroteo es una cosa muy complicada, porque claro hay varias personas que llevan armas y tienes que tener cuidado de que no te de ninguna. En el cine esto es más sencillo, tu solo tienes que preocuparte del que te está disparando a ti, porque esa persona está ahí para ti, para lo que sea, el contigo, a muerte. Solo te va a disparar a ti, y si no te tiene a tiro, pues se espera! Ya aparecerás otra vez, pero él no se va a poner a disparar a otro, que ni le conoce ni nada. Esto es una cosa que está muy bien, hay un orden un saber dispararse, con educación. Cada hombre armado tiene su blanco y de ahí no le muevas. Me les imagino ahí...”Dimitri!” – bueno, es que me estoy imaginando una película de terroristas rusos- “dispara!!” y el Dimitri que es un hombre que podrá ser todo lo terrorista y todo lo sanguinario que tú quieras pero oye, se ha leído el guion “ – no, a mí me han dicho que dispare al rubio, y yo solo disparo al rubio”.  Esto es una cosa que mola, porque aumenta las probabilidades de sobrevivir, solo te tienes que fijar en uno, una vez se le acaben las balas pues te puedes hasta salir a echar un cigarrito en lo que acaban.

Aquí topamos con otra cosa, que mola o no mola según se mire y es que el suministro de balas nunca está claro, porque lo mismo te matas a media Rusia sin cambiar el cargador, que se te acaban las balas justo cuando estas cara a cara con el más malo de toda la peli, que se le pone una sonrisilla al tío cuando aprietas el gatillo y aquello no va… que le llegan a poner la música del anuncio de la lotería y lo mismo nos echamos hasta unas lagrimillas. Si, y aprovecho para decir que ese anuncio os emociona por la música que le han puesto, que está puesta a mala idea, a sacar lagrima, ese mismo anuncio con otra música te puede dar desde asco hasta risa. Bueno el caso es que en las películas no te puedes fiar el cargador de tu arma y bueno, si ese día esta generoso pues bien porque puedes estar toda la película sin preocupaciones, lo malo es que te puede dejar tirado en cualquier momento, sobre todo si vas ganando.

Otra cosa que mola flojito de las pelis es el momento “me han dado Mike, me han dado” que viene a ser cuando a uno de los protagonistas de la película su asesino asignado le ha alcanzado y está ahí, con la manica en el pecho a modo de gasa compresora. Este momento me encanta porque su amigo, que se acaba de percatar y le ha pedido un receso de cinco minutos al tío que le estaba disparando para poder acercarse donde Mike, se arrodilla junto a él y le dice cosas como “aguanta Mike”. Y Mike aguanta, porque Mike es un colega de los que ya no quedan, y si se tiene que esperar para morir cuando acabe el tiroteo pues se espera. Y cuando se acaba el tiroteo pues Mike sigue ahí, porque vale que solo tenga 5 litros de sangre como todos los mortales pero él se la administra y la ha ido perdiendo a poquitos, eso sí, está el hombre muy mal ya pero aun así!, aun así! Se espera para entrar en shock a que su amigo haya terminado y este otra vez junto a él. ¿Y entonces? ¿Llamamos a la ambulancia ya? No no, en las películas el equivalente a llamar a la ambulancia e iniciar RCP a tu amigo es decir “No, no te mueras, no por favor, no te mueras” y arreglado. Ah, que no mola ¿no?

Y las constantes vitales de Mike aguantan, como aguanta un móvil que se está quedando sin batería a que llegues a casa pero pitando cada X minutos para recordarte que está ahí muriendo, pues Mike no pita no, pero tose, de vez en cuando tose como diciendo “se me va la vida eh”. Pero aguanta el tío, porque no lleva ahí 2 horas y media de película para morirse ahora que vienen los créditos y espera a que llegue la ambulancia (que nadie ha llamado, porque ahí está Mike y el colega y 50 rusos muertos, que se han cargado entre los dos con medio cargador y adhesivo de montaje que nunca viene mal). Y llega la ambulancia, y aquello es una fiesta! Como mola que llegue la ambulancia porque ellos se encargan de llamar a la policía, a los bomberos y a dos vecinas curiosas en bata para que merodeen mientras acordonan la zona. Y sacan a Mike de allí, que según sea de duro el tío saldrá en camilla o tranquilamente apoyado sobre el hombro de algún compañero. No lo dicen, pero Mike se apellida Urrutia casi con toda seguridad.

El caso es que los de la ambulancia empiezan a cargar a Mike y este se quita la mascarilla para poder decir unas palabras a sus compañeros, no olvidemos que es un tío que no es que haya perdido sangre, es que la debe ya y que hace nada había perdido la conciencia, que no nos vamos a poner tiquismiquis con Glasgow ni nada pero vamos, que la conciencia le viene y va según le conviene. Pues ahí está diciendo algo ingenioso para terminar, porque la sangre se pierde, pero el sentido del humor nunca. Y le dice algo a su compañero del tipo: te lo dije, me debes 20 pavos.

Y el resto de la gente que no necesita tantos cuidados como Mike pues les calzan una manta, porque esto de estar a punto de morir y eso pues te deja frío y nunca viene mal echarse una mantita por encima y en ocasiones hasta un café (depende del presupuesto de la película, en las españolas por ejemplo no les dan ni manta como mucho una colleja que calienta parecido y es gratis, sobre todo si sale Resines). 

(...) 


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