viernes, 9 de abril de 2010

La gran decepción de la ONCE


Cuando era pequeña me divertía pensando en como sería la vida de los hombres y mujeres que vivían en las casetas de la ONCE.

Y digo vivían porque yo creía que vivían dentro. Nunca había visto la puerta, ergo, no salían.

Debo decir que nunca me plantee como habían entrado ahí, pero me gustaba imaginar como estaba organizada la "casa" por dentro sin respetar para nada las proporciones, al fin y al cabo tenia 5 o 6 años.
Me entusiasmaba la idea, y siempre que pasaba por delante de una caseta intentaba asomarme y ver como eran por dentro, pero mi escasa estatura nunca me lo permitió. Afortunadamente yo me bastaba con mi imaginación.

Era una gran diversión imaginar la vida de aquellas personas y resolver mentalmente los problemas que se les podían plantear:

como hacían la compra..
si pasarían frio..
¿Tendrían moqueta o azulejo?

Más tarde intentaba encajar mentalmente la cocina en una esquina de la caseta sin que se diera con la cama desplegable en la que debian de dormir.

Un día paseando con mi madre vi salir a un hombre y su perro de una de las casetas por la puerta que esta atrás.

Me puse triste.
Fue una gran decepción descubrir que aquellas personas podían salir de las casetas y que por lo tanto no vivían ahí.


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