Después de un gran análisis de la actualidad, la crónica social (ese bello eufemismo que emplea Tve para hacer programas del corazón) y mi propia experiencia de la vida contidia, esa de todos los días,
He llegado a una conclusión, no se si es algo positivo o negativo. Pero es una conclusión que ya es algo.
Hoy en día se le llama Dios a cualquier cosa..
Antes para ser un Dios tenias como mínimo que haber creado un universo completo, que se autoregulase y en el cual se pudiera desarrollar la vida.
Luego tu si querías podias hacerla inteligente o no. Bonita o fea. útil o inutil.
Pero tenías que crearla.
Y no sólo eso, si no que a parte de crearla tenías que cuidarla, es decir, intentar que aguantara más de dos telediarios (que también tenías que crear, o por lo menos hacer que tu creación los creara)
Aunque esto te perimitía de vez en cuando putear a la creación si te apetecia, que no somos de piedra y todos llevamos un pequeño cabron dentro (aunque algunos lo tienen muy desarrollado, tanto que sobresale por fuera)
Era necesario haber acumulado una serie de proezas, ser omnipotente y estar en todas partes a la vez.
Vamos, casi nada.
Pero ahora no,
ahora para ser ascender a la categoria de Dios con jugar bien al futbol, ser catante de rock, un/una modelo increible, un actor..
Y algún que otro oficio más.
Los dioses antiguos y los actuales tienen en común, entre otras, cosas la fama. Requisito indispensable para alcanzar el olimpo. Y como no, seguidores.
La categoría Dios se ha desvalorizado tanto que cualquier día la semana santa dedicará una procesión a Belén Esteban.
Sabremos entonces, que se prepara el fin del mundo.
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